La verdadera razón por la que odias los domingos (y no es el lunes)
Domingos sin nudo en el estómago.
¿Conoces esa sensación incómoda del domingo por la tarde? Ese nudo en el estómago que susurra: "Pfff: mañana es lunes…"
¿Por qué has decidido normalizarlo?
Hay algo que no te han contado.
Los domingos pueden ser mucho más que el final. Pueden ser un punto de inflexión. Un día para planificar. Una oportunidad para diseñar la semana que viene. Una forma de empezar con intención. Y con ganas.
Todo depende de cómo lo vivas.
El problema no es el domingo. Tampoco el lunes.
La verdadera pregunta es: ¿qué significa el lunes para ti?
El domingo es un espejo
Durante mucho tiempo, los domingos por la tarde me pesaban.
Me distraía con cualquier cosa: series, redes sociales, planes improvisados… Todo para evitar esa sensación incómoda.
Hasta que me hice una pregunta clave:
¿Por qué no quiero que llegue el lunes?
Y cuando me atreví a contestar con toda la verdad (y nada más que la verdad), me di cuenta de algo importante:
El problema no era el lunes, sino cómo estaba viviendo mi semana.
Mis domingos eran el reflejo de todo lo que no quería ver. De lo que no me llenaba. De lo que me hacía huir.
Porque cuando lo que te espera la próxima semana no te ilusiona, el domingo se convierte en una pesadilla.
Pero cuando haces algo que te ilusiona, el lunes deja de ser un castigo. Se transforma en el primer paso hacia algo que quieres de verdad. Te acerca a tu objetivo. Poco a poco, hacia la meta.
¿Qué te está diciendo tu domingo?
Si cada domingo sientes esa mezcla de agobio, vacío o tristeza… escúchala.
Haz este ejercicio rápido:
Para 10 segundos ahora mismo.
Pregunta sincera: ¿Qué siento cuando pienso en el lunes?
Completa esta frase:
"Si el domingo por la tarde me siento así es porque..."
La primera respuesta que te venga a la cabeza es lo que te pasa.
Los domingos no deberían ser el final. Deberían ser el principio.
Pero para eso, hay que tomar decisiones.
Y sí, tomar decisiones a veces da miedo.
Porque significa enfrentarte a la posibilidad de que necesitas hacer cambios.
Significa aceptar que quizás no estás donde quieres estar. Significa que es el momento de coger la sartén por el mango. Que hay algo que no está funcionando.
Pero si lo sigues ignorando y no lo enfrentas, no vendrá ningún cambio.
La incomodidad es información. Y aunque a veces intentemos taparla, lo cierto es que es una brújula que nos señala lo que debemos mirar. O dejar. Donde debemos indagar.
Cómo transformar el domingo (y tu semana)
Si los domingos te pesan, no necesitas más distracciones. Necesitas acciones.
Cuestiona tu rutina → Si el lunes es una agonía, algo en tu semana no está en sintonía con lo que de verdad quieres.
Dale sentido a tu semana → No hace falta que cada día sea una fiesta, pero sí que haya algo que te motive. Un proyecto, un reto, un plan que te ilusione.
Redefine el lunes → No lo veas como el final del descanso, sino como el primer paso hacia algo que realmente quieres conseguir.
Crea un ritual para el domingo → Algo que lo convierta en un día para ti. De reflexión en vez de en la antesala del lunes. Puede ser escribir, pasear, entrenar… Lo que te ayude a empezar la semana con propósito.
Haz pequeños cambios → No necesitas dar un giro de 180º de golpe. Pequeños pasos pueden marcar una gran diferencia.
Asegura el equilibrio → No puedes estar en "modo productividad" todo el día. Si no hay disfrute en tu semana, es normal que no quieras que llegue el lunes.
Rodéate de la gente adecuada → ¿Las personas con las que compartes tu día a día te suman o te restan? La energía de los demás influye más de lo que te imaginas.
Cambia cómo hablas → Lo que dices sobre los lunes afecta a cómo los vives. Si cada semana te repites que los odias, tu cerebro lo interioriza. Cómo TE hablas (en general) transforma tu realidad. Tu diálogo interno te cambia la vida.
No necesitas todas las respuestas. Solo un primer paso.
No necesitas tener todas las respuestas hoy. No necesitas cambiar tu vida de golpe. Solo necesitas dar un paso. Porque cada pequeño cambio que hagas en tu rutina diaria, en tu mentalidad, en tu manera de afrontar la semana, construye el tipo de vida que hará que los domingos terminen siendo distintos.
Adiós a la cuenta atrás. Adiós a la sensación de vacío.
Bienvenida la emoción de empezar algo que quieres.
Que te llena. Que te suma. Que aporta. Y que te importa.
📩 Dime, ¿qué puedes hacer HOY para que tu domingo sea un impulso en vez de una cuenta atrás?
Si este email te ha hecho pensar en alguien, reenvíaselo o compártelo en redes. A veces, un pequeño gesto cambia el día (o la vida) de otra persona.
Nos leemos el próximo domingo.
💛 Teresa