Si te hablaras como lo haces... ¿te caerías bien?
Háblate como hablarías a quien más quieres.
¿Cuántas veces te has dicho algo que jamás le dirías a alguien que quieres?
¿Cuántas veces te has llamado “tonto”, “vago”, “incapaz”, sin darte cuenta del daño que eso deja dentro?
Tu diálogo interno es esa voz que te acompaña todos los días.
Y lo que muchas veces no vemos es que esa voz moldea tu realidad más de lo que crees.
Esa forma en la que te hablas cuando te equivocas, cuando no cumples con tus propias expectativas, cuando no estás donde querías…
Esa voz puede ser tu mayor saboteadora o tu mejor aliada.
Bienvenida al mundo invisible del diálogo interno.
Lo que nadie te cuenta sobre cómo te hablas
El diálogo interno no es neutro.
Tiene poder. Te construye o te destruye. Te sostiene o te hunde.
Y lo más fuerte: no nace de ti, al menos no al principio.
Esa voz está hecha de todas las frases que escuchaste de pequeña.
De lo que te dijeron tus padres, tus profesores, tus referentes.
De lo que entendiste (o creíste entender) sobre lo que significaba ser “valiosa”, “correcta” o “suficiente”.
Y con los años, esa voz se va quedando. Se vuelve parte de ti. Hasta que ya no sabes si lo piensas tú o si solo lo heredaste.
¿Por qué importa tanto cómo te hablas?
Porque todo empieza en esa voz.
Tus decisiones, tus relaciones, tu autoestima, tus límites. Todo.
Nadie florece en un entorno donde solo hay críticas. Y tú tampoco vas a florecer si tu mente se ha convertido en ese entorno.
Cambiar tu diálogo interno no es cosa de un día. Pero es uno de los cambios más poderosos que puedes hacer.
Porque cuando cambias cómo te hablas, cambias cómo te sientes.
Y cuando cambias cómo te sientes, cambias lo que haces.
Y cuando cambias lo que haces… cambias tu vida.
Cómo empezar a cambiar tu diálogo interno
🌱 Empieza por observarlo
Hazte consciente. ¿Qué te dices cuando te equivocas? ¿Cuando no cumples un objetivo? ¿Cuando te miras al espejo? Detectar el tono con el que te hablas es el primer paso para poder cambiarlo.
🌱 Pregúntate: ¿le hablaría así a alguien que quiero?
Si no se lo dirías a una amiga, a tu hermana o a tu hija… ¿por qué a ti sí? Mereces el mismo respeto, paciencia y cariño que das a los demás.
🌱 Dale espacio a una nueva voz
Puedes construir una voz interna que te acompañe en lugar de juzgarte. Una voz que te recuerde tus avances, que te dé aliento cuando caes, que no te empuje con reproches sino con compasión.
🌱 Cambia la crítica por curiosidad
En lugar de “qué mal lo he hecho”, prueba con “¿qué puedo aprender de esto?”. En vez de “soy un desastre”, intenta “hoy me costó, pero mañana puedo hacerlo mejor”.
🌱 Haz pequeños rituales de amabilidad
Escribe cada noche algo que hiciste bien. Háblate con amor delante del espejo. Felicítate por intentarlo, aunque no haya salido perfecto. Eso también es sembrar.
Tu diálogo interno es la raíz de tu autoestima
No se trata de repetir frases vacías de motivación.
Se trata de construir una relación contigo basada en el respeto y la ternura.
Porque tú también mereces hablarte bonito.
Y no porque estés “rota” o porque necesites “arreglarte”. Sino porque te mereces una vida donde tu mente sea un refugio, no un campo de batalla.
Tú eres la única persona con la que vas a convivir toda tu vida.
¿No crees que vale la pena hacer de esa convivencia algo más amable?
Y ahora dime…
Si tu diálogo interno fuera una persona, ¿cómo te trataría hoy?
¿Y cómo quieres que te trate a partir de ahora?
Nos leemos el próximo domingo,
💛 Teresa
Gracias Teresa por las palabras tan bonitas. En mi caso una de mis frases preferidas al despertar es TQ, eres suficiente tal y como eres ✨. Al principio es extraño, luego te reconforta 💫