¿Cuántas veces te has comparado con alguien? ¿Hasta qué punto es una disculpa para justificar lo que tu no estás haciendo?
Esa persona que parece tener la vida resuelta. La vida perfecta. Que avanza más rápido. Que tiene más éxito, más disciplina, más viajes, más seguridad en sí misma.
A veces es sutil, otras veces es un golpe directo al estómago. Al corazón. O a el ego.
Y de repente, sin darte cuenta, pasas de estar tranquilo con tu vida a sentir que te falta algo.
Que deberías estar en otro punto. Que no estás haciendo suficiente.
Bienvenido a la trampa de la comparación.
Lo que nadie te dice sobre compararte
Compararnos es natural. Nuestro cerebro está programado para hacerlo. Desde siempre, hemos medido nuestro lugar en el mundo en relación con los demás.
Pero hay un problema: comparamos nuestro “todo” con el “escaparate” de los demás.
Nos medimos con su versión más perfecta. Nos medimos con lo que ellos quieren enseñar. Y lo hacemos desde nuestras propias inseguridades, sin ver la historia completa.
Nos comparamos con su éxito sin ver sus fracasos.
Con su confianza sin saber cuántas veces han dudado de sí mismos.
Con sus logros sin conocer los sacrificios que hicieron para llegar ahí.
Y así es como terminamos sintiéndonos pequeños, insuficientes, atrasados.
Pero, ¿y si te dijera que la comparación no es el problema?
¿Compararse o utilizarlo de trampolín?
Piensa en una persona con la que te comparas mucho. Esa persona que parece tenerlo todo resuelto en el área que a ti te cuesta.
Ahora, respóndete con total sinceridad:
✔️ ¿Qué es lo que admiro de esa persona?
✔️ ¿Qué me despierta en mí? ¿Envidia, frustración o inspiración?
✔️ ¿Cómo puedo usar esto a mi favor en vez de dejar que me paralice?
El problema no es compararnos. El problema es cuando lo hacemos desde la carencia, desde el “yo nunca podré hacer eso”, en lugar de verlo como un espejo de lo que podríamos conseguir.
Cuando te comparas con alguien, en realidad no estás mirando su vida, estás mirando lo que tú quieres para la tuya.
Lo que pasa es que, en lugar de usarlo como guía, lo usas como una piedra en el zapato.
Pero puedes darle la vuelta.
Cómo dejar de compararte (y empezar a crecer)
Aquí van algunas claves para romper con la comparación que te frena y empezar a usarla a tu favor:
🌱 Cambia el “por qué él/ella sí y yo no” por “qué puedo aprender de esto”
Cada vez que sientas que alguien tiene algo que tú no, en vez de castigarte, obsérvalo como una oportunidad. ¿Qué está haciendo diferente? ¿Qué hábitos tiene? ¿Qué podrías aplicar tú en tu vida?
🌱 Recuerda que nadie lo tiene todo hecho
No importa lo perfecta que parezca la vida de alguien, todo el mundo tiene sus propias batallas. Tú solo ves la parte que esa persona quiere enseñarte. Como pasa en redes sociales.
🌱 Mide tu evolución con tu versión de ayer, no con la de otro
Cada persona tiene su ritmo, su historia, sus circunstancias. La única comparación válida es contigo mismo. ¿Eres hoy un poquito mejor que ayer? Eso es lo único que importa.
🌱 Si te comparas, que sea con alguien que te inspire, no que te frustre
Si sigues a personas que constantemente te hacen sentir que no eres suficiente, tal vez es momento de hacer una limpieza en tus redes y en tu entorno. Rodéate de quienes te empujen a crecer sin hacerte sentir pequeño. O mira dentro de ti. ¿Qué es eso que te está haciendo sentir menos?
🌱 Aprecia lo que ya tienes
A veces nos obsesionamos tanto con lo que nos falta que nos olvidamos de lo que ya hemos conseguido. ¿Cuántas cosas que hoy das por sentado eran un sueño hace unos años?
Para un minuto y escribe tres cosas que tienes hoy y que en otro momento hubieras deseado.
Porque la vida es eso: avanzar, pero también saber reconocer lo que ya hemos ganado.
El único camino que importa es el tuyo
Si sientes que todos avanzan más rápido que tú, déjame recordarte algo: no hay un solo camino correcto. Y si alguien te ha vendido eso, es mentira.
Cada uno va a su ritmo, con sus tiempos, con sus aprendizajes.
No vas tarde. Y no te estás quedando atrás.
Estás justo en el punto en el que necesitas estar para aprender lo que necesitas aprender.
Así que deja de mirar tanto a los lados y empieza a mirar hacia adelante.
Porque compararte no te llevará a ninguna parte.
Pero enfocarte en ti y en tu propio camino, sí.
Y ahora dime…
¿Qué puedes hacer esta semana para enfocarte en ti?
Nos leemos el próximo domingo.
💛 Teresa
Qué gusto encontrar este texto. Iba a escribir algo relacionado a lo mismo porque me dijeron que la comparación es la causante de muchos de nuestros problemas y me ha dejado 🤯. Claro esta también que gracias a la comparación es que evolucionamos, pero tal como mencionas: “cuando la usamos como trampolín”.
Gracias ✨